lunes, 27 de junio de 2011

EL TRATO CON LOS PROJIMOS

Volvamos a la tierra y a los hombres en este pequeño escrito filosófico. Ya que gran parte de la filosofía perdió su tiempo razonando sobre cuestiones que están más allá de la vida, yo prefiero hablar sin pompa y directamente sobre lo que importa, el hombre y sus acciones. Particularmente, voy a hablar del trato diario con otras personas, y, principalmente, con desconocidos con los cuales interactuamos a diario. Yo por mi parte, no puedo evitarlo, tener un trato educado, cordial y afable, y nada me agrada más que intercambiar palabras agradables y una sonrisa. Aunque suene contradictorio debido a mis pensamientos fulminantes sobre las ideas y creencias de la mayoría, siempre actué así y el espíritu belicoso lo guardo para las batallas intelectuales. En cuanto al trato con personas desagradables, maleducadas, engreídas, pre juiciosas: prefiero reducir el contacto lo menos posible, no tener en cuenta lo que dicen, y si me atacan directamente, evitar respuestas que me pongan al nivel de su bajeza.

viernes, 17 de junio de 2011

GRANDES PENSADORES DE LA NADA

Hombres considerados grandes filósofos de la historia han gastado gran parte de su vida y de sus libros tratando de hacer argumentos creíbles y perfectos para demostrar cosas que, en la vida práctica, son indemostrables. Yo quiero llevar más lejos eso y decir que han gastado su vida en tratar de argumentar cosas que a los efectos prácticos de la vida no sirven absolutamente para nada. Y aunque muchos ya criticaron esto, en el ámbito académico se sigue glorificando a estos hombres como estatuas impolutas. Pues yo digo que estos “grandes hombres” fueron unos enfermos incapaces de tolerar la vida y tenían que escaparse de esta pensando en mundos imaginarios y fantasmas. Quizás lograron escribir pomposamente y que sus argumentos suenen convincentes. Pero para mí, eso no tiene ningún valor. No afrontar con valor el único mundo en el que vivimos, no pensar en la vida tal cual la vivimos, el despreciar al cuerpo y los sentidos, el subyugarse a una idea ya tan vacía como la del dios todopoderoso y creador del universo, el devanar interminablemente sobre la inmortalidad o no del alma y todas las cuestiones similares, me parecen digno de enfermos y sufrientes, y, a esta altura, no nos sirven para nada.
Si, está bien saber qué es lo que dijeron esos hombres, pero habría que analizar los motivos psicológicos detrás de sus argumentos, y los que estudiamos a esos hombres no alabar todo lo que ha sido dicho por ellos sólo por el mundo académico nos diga que tenemos que hacerlo. Y no es una postura rebelde por que sí. Un filósofo, alguien pensante, y que piensa libremente, no debe postrar su pensamiento, todo lo contrario, tiene que dudar permanentemente y pensar todo desde múltiples perspectivas. Y yo pongo un manto de duda (por ser benevolente) sobre esos pensadores consagrados que dedicaron su vida intelectual a racionalizar sobre la nada y los fantasmas.
Pensemos y celebremos la vida en este tiempo y en este mundo.

lunes, 6 de junio de 2011

EL MIEDO...

Hace mucho, mucho tiempo, el hombre tuvo por primera vez conciencia. Y se descubrió inmerso en el caos de la existencia. Y ante ese caos, conoció el miedo ante lo azaroso y efímero de la vida. Y de ese miedo, el hombre inventó dioses y religiones. A medida que iba evolucionando, sus invenciones fueron siendo más complejas. Pero en algún difuso momento, el hombre olvidó que él había creado todo eso, y empezó a creer que él había sido creado por sus invenciones.
¿Y hoy en día, que sigue creyendo el hombre? Todavía le tiene miedo al caos y azar de la existencia, todavía le tiene miedo a la finitud y a que esta vida sea la única y no haya nada después de la muerte. Todavía no ha superado la muerte de dios como la muerte de un concepto. Todavía el miedo sigue dominando su instinto y sus creencias...
Todavía faltan esos hombres que quieran superar a los hombres como han sido hasta ahora.