viernes, 29 de junio de 2012

DE TIRANOS Y ADULADORES.


Se preguntan, ustedes, aquellos que todavía se permiten hacerse preguntas, ¿Por qué siempre hay pastores sedientos de poder y de locura? Por una simple razón: Por que siempre hay en los pueblos suficientes espíritus mediocres y asustadizos que necesitan hacer de simples hombres, dioses-ídolos. Donde todavía los pueblos piensan y sienten como rebaños, siempre algún espíritu astuto y burlón se nombrará su guía, el que los lleve a la salvación. Nada mas fácil para los rebaños que una luz los lleve de la mano hacia el estado de bienestar y salvación… ¡ay, que ingenuos estos rebaños! En su torpe ceguera, no pueden ver que solo alimentan la barriga y bolsillos de los falsos pastores. Incluso si lo notan, ¡no les importa! Ninguna dignidad y honor tienen estos pueblos-rebaños, no merecen ningún respeto, solo escarmiento. Pero no tienen ni vergüenza ni decoro, solo levantan las manos para aplaudir y hacer ruidos horrendos.
Y los pastores ídolos se relamen en su poder efímero, por que la locura los embriaga y no se dan cuenta que son mortales como los demás, y que tan rápido como suben, también caerán. Pero el fanatismo y adulación del pueblo los desespera, y por ello gritan y ponen gestos duros, haciendo estruendos y teatros, proclamando falsedades que los idiotas se amontonan por comprar. ¡Desesperados acuden los rebaños a los brazos de estos líderes de trajes de cartón barato!
¡Asco me dan! ¡Ganas de vomitar y defecar! ¡Que espectáculo patético son esos rebaños y esos líderes! Yo no quiero ser ni uno ni lo otro: solo me sigo a mí mismo.
¿Dejarán un día estos rebaños de adorar a falsos ídolos? ¿Se darán cuenta que tras las edulcoradas bellas palabras de sus líderes se encuentra la mentira, la perfidia, el engaño y la corrupción? ¿Tendrán algún día dignidad estos pueblos, para volver a ser llamados pueblos, y que tengan fortaleza y no cobardía, y que se sigan a ellos mismos sin creer en falsas ilusiones?
Por ahora es reflexión de pocos, alejados de los ruidos y la estupidez mayoritaria, que aunque no se da cuenta de su patetismo, sigue aplaudiendo hasta sangrar sus manos a los falsos ídolos que solo buscan poder por poder…

lunes, 18 de junio de 2012

DIATRIBA CONTRA EL PODER ACTUAL.

El poder miente, el poder engaña, el poder corrompe, el poder vuelve loco a los que lo ejercen. El poder embriaga, da hambre y ansias de más de poder. El poder dice que todo lo que hace, lo que por y para el pueblo. Esto lo dice sonriente, mientras por detrás las ratas hacen sus sucios negociados que en nada beneficiaran al pueblo. El poder vive de la explotación de la mayoría y de la destrucción del medio ambiente, con la complicidad de la ignorancia y de los que se venden por migajas. El poder, que a veces oculta su verdadero rostro, usa muchas máscaras, las mismas que usaron tantos políticos nefastos y desquiciados a lo largo de la historia.
Yo no soy un idealista ni un defensor de verdades absolutas. No soy defensor de ninguna ideología caduca y llena de polvo y de ningún político demagogo. Mi firme sentimiento es que la mayoría de los que llegan al poder hoy, es para mantener y conservar un status quo dominante que solo beneficia a unos pocos, a pesar de los discursos populistas que ciertos gobernantes vociferan mientras son aplaudidos por hordas de cómplices e idiotas.
Vengo aquí para denunciar, gritar, pensar, sentir, todo lo que se me ocurra y sienta y vea sobre la situación política actual. Y aunque me acusen de extremista, no pienso callar nada de lo que se me ocurra. Por que se algunos quisieran eso: Un mundo con una sola verdad, la suya, y que nadie se anime a contradecirlos. Sobre todo es el poder el que más gustaría que ninguna voz opositora se escuche y que todos seamos sumisos ante él. Sí, el poder de turno. Pongan el nombre que quieran: hoy, en estas democracias corrompidas y violadas, solo llegan y se mantienen en la cumbre los más astutos, los más arteros, los engañadores y estafadores. 
Por eso, no dejen engañar, y nunca duden que el poder miente, el poder engaña, el poder corrompe. Y los únicos que podemos oponernos a esto somos nosotros…
A despertar.