
Y los pastores ídolos se relamen en su poder efímero,
por que la locura los embriaga y no se dan cuenta que son mortales como los
demás, y que tan rápido como suben, también caerán. Pero el fanatismo y
adulación del pueblo los desespera, y por ello gritan y ponen gestos duros,
haciendo estruendos y teatros, proclamando falsedades que los idiotas se
amontonan por comprar. ¡Desesperados acuden los rebaños a los brazos de estos
líderes de trajes de cartón barato!
¡Asco me dan! ¡Ganas de vomitar y defecar! ¡Que
espectáculo patético son esos rebaños y esos líderes! Yo no quiero ser ni uno
ni lo otro: solo me sigo a mí mismo.
¿Dejarán un día estos rebaños de adorar a falsos
ídolos? ¿Se darán cuenta que tras las edulcoradas bellas palabras de sus
líderes se encuentra la mentira, la perfidia, el engaño y la corrupción? ¿Tendrán
algún día dignidad estos pueblos, para volver a ser llamados pueblos, y que
tengan fortaleza y no cobardía, y que se sigan a ellos mismos sin creer en
falsas ilusiones?
Por ahora es reflexión de pocos, alejados de los
ruidos y la estupidez mayoritaria, que aunque no se da cuenta de su patetismo,
sigue aplaudiendo hasta sangrar sus manos a los falsos ídolos que solo buscan
poder por poder…
Ya, en la Antigua Roma, se decía: pan y juegos para el pueblo, porque así no se revelaba, es lo mismo que hacen hoy en día con todos nosotros, nos ponen deportes a todas horas, nos quitan las becas de estudio y solo nos dan lo mínimo para comer, mientras ellos corruptos, ladrones y analfabetos se gastan en un fin de semana el sueldo de todo un año de una familia.
ResponderEliminarSaludos ;)