miércoles, 10 de agosto de 2011

LA DECADENCIA DE OCCIDENTE

Que el mundo está en crisis, no hay que ser experto para notarlo. Pero hablando más en específico de nuestra supuesta cultura occidental, hace rato que el asunto huele a podrido. Si en el siglo 19 Nietzsche se hizo eco de la muerte de dios, el siglo 20 vio en su final la muerte de las ideologías y el triunfo del capitalismo. Ahora es el capitalismo el que demuestra, tras sucesivas crisis, que su descontrolada vorágine especulativa y destructiva ya no puede mantener funcionando a las naciones, que parecen perdidas y sin rumbo que tomar.
Es la humanidad la que no tiene rumbo. Vaciada de contenido y valores, sólo mantiene cáscaras secas y muertas de sus viejas creencias, pero por dentro está hambrienta y descontenta. El egoísmo desmedido, la avaricia, el deseo de llenarse más y más de cosas y aparatos sin importancia, solo logran amplificar la falta de objetivos grandes. ¿ Aspira a algo la humanidad?¿ algo que trascienda estos tiempos oscuros?
Por ahora no le tengo esperanza. La crisis económica parece consumir todo a su paso, y el vacío que la humanidad lleva en su interior no se solucionará mientras se siga creyendo que la salvación está en el mercado y en el dinero.
Sin una meta que trascienda la economía, la humanidad seguirá deambulando sin rumbo por el limbo que ella misma se ha creado.

7 comentarios:

  1. Coincido con tu visión sobre la humanidad y (ya que en el título lo citás a Spengler) el irremediable estado de "civilización" en el que ha caído, pero justamente por eso mismo es que cualquier mínimo derrumbe o desajuste del sistema capitalista es una buena nueva. No hay que llamarlo "crisis", sino antes bien "posibilidad". Y no me refiero a instaurar nuevos sistemas en su lugar, cosa imposible e incluso indeseable, pues las masas me interesan mediocremente y me parece mejor que las ovejas se rijan por sus propios códigos: me refiero a que, entre los escombros, seguramente van a quedar muchos jóvenes descontentos que, ante la falta de respuestas del sistema, tendrán sí o sí que mirar hacia dentro y buscar lo que acaso resulte el germen de una nueva generación de sujetos despiertos y talentosos. No ignoro que mi propio talento, pequeño como es, debe mucho al desempleo crónico post 90s. Y, compartiendo nuevamente el más sublime pensamiento de Nietzsche, opino que el fin de la humanidad no tiene que ser alcanzar el bienestar general, sino propiciar las condiciones para la eclosión del genio. Salud.

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  2. No tiene metas la Humanidad,es como buscarle el sentido práctico o la lógica a la vida. En todo caso el ser humano podría aspirar a conocerse mejor, a adquirir conocimientos que lo eleven por encima de las otras especies (y es lo único que lo diferencia de los otros seres vivos). Pero como se implantó en casi todas partes el dios de la economía de libre mercado y el individualismo y otras enfermedades asquerosas que ya son crónicas, es muy difícil hacerle ver a la gente que esta crisis, como muchas otras, no es el fin del mundo para nadie, sino la oportunidad de forjar uno nuevo. Y en cuanto a "civilización occidental", me parece que nunca existió tal cosa, siempre fue una barbarie atenuada por buenos modales y gente con trajes caros, pero el homínido de la sabana africana siempre se dejó ver en todos los aspectos de la vida.

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  3. No sé si la Humanidad puede tener una meta común, el hombre, en mi opinión, es como es, bueno y malo, y me temo que siempre será un poco lo mismo, en el contexto que la época ponga.
    No quita para que te diga que tu texto es, a mi juicio, brillante.
    Saludos blogueros

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  4. Bueno Sigfrido, algunos te dirán que la espiritualidad, la religión o la meditación pueden salvarnos, creo que cada uno tiene su propio motivo para vivir, y que las grandes crisis son grandes oportunidades.

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  5. Gran e inspirado texto. Es esa la inspiración que trae la lucidez (como decía Pizarnik, lucidez es la luz de Lucifer).
    Probablemente Freud tenga razón: el precio a pagar por vivir en una cultura es la renuncia a la satisafacción de las pulsiones primarias (Apolo sobre Dioniso). A mayor grado de organización cultural, mayor grado de insatisfacción, extravío individual y malestar.
    Para mí estamos viviendo el auge del despliegue del nihilismo, tan bien descripto por nuestro admirado Nietzsche. Son los tiempos del último hombre de la tierra. Una de dos: o apelamos a la consumación total del nihilismo (trasnvalorar valores) o seguimos con los sutitutos nihilistas del cristianismo (hoy deberíamos incluir al consumismo en la larga lista).
    Por otra parte, también coincido con Heidegger en el problema de la técnica: Occidente, en su dominación brutal, destruye y destruye y siempre parece estar por implosionar. Después, vemos que se trata de una lógica de simulación. Seguimos extraviados sin siquiera percibir los alcances de la técina, que puede tranquilamente aniquilar la mitad del planeta y seguir sumiendo al hombre en el nihilismo incompleto.
    La salida de Heidegger me parece estúpida: "sólo un Dios puede salvarnos". No hay que esperar ningún Dios.
    Hay que estar "aquí", asumir la soledad cósmica y humana. Tal vez todo esto traiga la consecuencia de que sólo queda crear, destruir para crear. Poetas, pensadores, artistas, hombres que digan "sí", como el niño. Ahí puede haber una clave para salir adelante.
    Pero no lo sé.

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  6. SIGFRID
    coincido mucho
    che, mirá LA DECADENCIA DEL IMPERIO AMERICANO, creo que es un flim canadiense, ya de veinticinco años, a mi me encantó en su momento.
    bue, DON SIGFRID mi humilde saludo a mi sabio amigo

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  7. Es incesante. Los dioses huyen del mundo y les usurpan otros de peor estirpe.

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