lunes, 27 de junio de 2011

EL TRATO CON LOS PROJIMOS

Volvamos a la tierra y a los hombres en este pequeño escrito filosófico. Ya que gran parte de la filosofía perdió su tiempo razonando sobre cuestiones que están más allá de la vida, yo prefiero hablar sin pompa y directamente sobre lo que importa, el hombre y sus acciones. Particularmente, voy a hablar del trato diario con otras personas, y, principalmente, con desconocidos con los cuales interactuamos a diario. Yo por mi parte, no puedo evitarlo, tener un trato educado, cordial y afable, y nada me agrada más que intercambiar palabras agradables y una sonrisa. Aunque suene contradictorio debido a mis pensamientos fulminantes sobre las ideas y creencias de la mayoría, siempre actué así y el espíritu belicoso lo guardo para las batallas intelectuales. En cuanto al trato con personas desagradables, maleducadas, engreídas, pre juiciosas: prefiero reducir el contacto lo menos posible, no tener en cuenta lo que dicen, y si me atacan directamente, evitar respuestas que me pongan al nivel de su bajeza.

2 comentarios:

  1. Creo que la hipocresía es maltrato, una cosa es la cordialidad, pero cuando la cordialidad existe en un terreno verdaderamente hostil es una canallada.
    Y respecto a cómo responderle a los desagradables, traduciría la palabra desagradable a aquellos ignorantes, intolerantes y despotas con los cuales no se puede debatir ni tener una conversación porque tienen un ladrillo bien pesado en la cabeza que anula cualquier capacidad de escuchar al otro, he aprendido que tal vez no decirles nada es la mejor respuesta.
    Aun así, ambos parametros de personas, las hipocritas por un lado, y las intolerantes por el otro tienden a venir de un terror al vacío. Perder la pertenencia a un grupo por encima de su propia individualidad lo resulta todo.
    Y es triste, muy triste.
    El otro día filmando el documental, alguien me dijo que a menudo algunas personas actuan con la inmediata violencia por miedo, por miedo a no tener otra forma de defensa que no sea por los puños. El puño o la palabra.

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  2. Muy bien Sigfrido, coincido con tu punto de vista, la educación y los buenos modales, siempre, y el silencio para los que no los merecen.

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