jueves, 10 de diciembre de 2009

EL SER LIBRE.

El tema de la libertad del hombre es un tema largo y complejo y que tiene muchos matices. Pero aquí tratare el tema sin llegar a ser denso (como podría serlo kant o hegel...). La pregunta seria ¿Que hace de un hombre que sea libre? Podríamos decir que entre las cosas que influyen están la cultura y la educación. Pero no necesariamente estas nos ayudan a ser libres. Ambas nos enseñan normas, leyes, conductas, morales, historias que han sido pensadas por otros hombres. Nosotros desde pequeños estamos constantemente siendo llenados como un cuaderno en blanco por todo esto.
Entonces, cuando llegan esos momentos en donde creemos que estamos pensando. ¿Estamos pensando por nosotros mismos, o pensando solo lo que otros pensaron? Para mi fue fundamental darme cuenta de esto. Dudar de todas mis creencias que creía mías, pero que en realidad eran las de otros (algo similar a la duda cartesiana). Yo creo que ese es un punto en donde un hombre empieza a saborear la libertad, cuando duda de todo lo que le ha sido enseñado y dicho y que en algún punto creía. Pero había que, sin dudas, haber conocido todo eso para después poderse liberar. Claro que no todos pueden, o no todos quieren. Hay gente que siente terror ante las dudas y el pensar y prefieren vivir en la seguridad de las estructuras. Entonces también en un punto, la libertad es un acto de elección. Yo elijo ser libre o no, que me gusta, quien me gusta o quien no, que libro leer y cual no, con que pensador estar de acuerdo o no, etc. etc.
Nosotros elegimos. Es así. Y yo elijo, por eso mismo, huir de cualquier dogma o postura rígida que ate mi pensamiento y no lo deje crecer. Pero eso es un camino sin retorno, y solo pocos podrán entenderlo.

1 comentario:

  1. No creo que se trate de una elección o siquiera de posibilidades. La libertar es una utopía estructural del ser gregario, justamente por lo que mencionabas: “¿Estamos pensando por nosotros mismos, o pensando solo lo que otros pensaron?” (podríamos decir, “y que aún no conocemos”). En todo caso, somos un compendio de ideas ajenas re-combinadas y estas ideas, a su vez, son el producto de la combinación de otras más antiguas. Ni siquiera podría pensarse que un neonato es un ser libre, en tanto su prematuración lo sujeta a los cuidados de Otro que impone su ley y su palabra.
    No somos libres en tanto siempre hay algo que nos precede: la batería de significantes del Otro, el lenguaje.

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